sábado, 26 de agosto de 2017

Viejas costumbres

No hay nada más bonito que escucharte dormir. Lo estoy haciendo ahora mismo. Como te revuelves en la cama y tienes la respiración tranquila al momento en que estás cayendo en ese sueño ligero que dices que tienes y como al final tu respiración es pesada y más lenta y sé que ya estás dormido. Me pareces tan bonito cuando te despiertas en medio de la noche y me hablas, me tiras besos y si por alguna razón la llamada se cortó y yo estoy dormida me llamas de regreso, porque me quieres tener ahí, tanto como yo te quiero tener a ti. Me tienes mal acostumbrada a dormirme escuchándote tranquilo, a tu lado, y te juro que cuando estoy en mi cuarto con las luces apagadas y estoy solo ahí escuchándote dormir, siento que puedo alargar la mano y tocarte la cara y el pelo y la camiseta de pijama que traes puesta justo esa noche. Eres adorable hasta cuando estás roncando y cuando me hablas y peleas conmigo dormido y cuando te hablo asustada porque tuve una pesadilla y me cuidas hasta que me quedo dormida otra vez. Creo que no sabes lo afortunada que soy de tenerte en mi vida. Quiero que sepas que así es como quiero pasar el resto de mi vida: a tu lado. A tu lado, escuchándote dormir, peleando contigo en la cama por qué veremos juntos y robándote comida del plato porque sé muy bien que no te gusta. Coqueteándote todos los días y dándote tantos abrazos que sentirás que tienes los brazos llenos y tantos besos que te pienso cansar los labios. Te voy a jalar a todas partes a que bailemos sin música y cantemos en la ducha y pidamos comida rápida los fines de semana porque nos va a dar mucha flojera cocinar. 

Te lo prometo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

tus comentarios son mi sueldo